Pequeño gran luchador
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Conozcan a Tadeo Ferreyra Molina, un valiente luchador que pelea por su vida aún desde antes de nacer. Su historia nos regala un inspirador testimonio de coraje y amor, recordándonos que con esperanza y un tratamiento adecuado es posible salir adelante.
“Nos dijeron que su probabilidad de vida era del 30%, pero nos dijimos que íbamos a pelear por ese 30. Aunque fuera del 1%, la íbamos a pelear”, nos cuentan Virginia y Martín, padres de Tadeo, cuya determinación y fortaleza los impulsaron a dejarlo todo por el bienestar de su hijo.
Oriundos de Salta, recibieron la difícil noticia mientras Virginia aún gestaba a Tadeo, su primogénito. Tadeo padece de una condición llamada hernia diafragmática congénita, patología grave de los órganos digestivos, la cual se manifiesta como un orificio en el diafragma que, en su caso, se extiende hasta el tórax.
La familia decidió trasladarse de Salta a Buenos Aires, donde fueron recibidos por el Hospital Austral. Durante nueve meses, los profesionales de esta institución le brindaron un seguimiento contínuo y un apoyo incondicional, que fueron esenciales en la batalla por la vida de Tadeo.
Los estudios realizados en Buenos Aires revelaron una segunda condición que afectaba a Tadeo: una cardiopatía con hiperflujo pulmonar. Tras la cirugía para tratar esta afección (la primera de una serie de nueve intervenciones que enfrentaría en poco más de un año de vida), su estado de salud se complicó. Sin embargo, gracias a un tratamiento con óxido nítrico inhalado, Tadeo logró sobrevivir al postoperatorio e iniciar su camino hacia la recuperación, entrando en la fase de seguimiento de su condición médica.
Este “pequeño gran luchador de la vida”, como lo apodaron algunos de los profesionales que lo trataron, regresó a Salta el día en que cumplió nueve meses. En su hogar, lo esperaba un servicio de internación domiciliaria que incluía enfermería las 24 horas, visitas médicas semanales, tratamientos de kinesiología y fonoaudiología, y concentradores de oxígeno, tanto fijos para el hogar como portátiles.
Aunque reconocen “haber pasado por muchos altibajos”, hoy la familia se encuentra adaptada a una rutina centrada en las necesidades y posibilidades de Tadeo. “No es algo que nos haya costado, porque lo fuimos viviendo al lado suyo”, cuentan sus padres.
La patología de Tadeo es crónica, pero con su gran fortaleza, el apoyo de su familia y el seguimiento constante de los profesionales de la salud, podrá ir avanzando en el tratamiento y mejorar gradualmente algunas de sus condiciones.
“Nuestra expectativa es que pueda llevar su vida de la forma más natural posible, que pueda realizar sus actividades y, a su tiempo, ir a la escuela”. La valentía y la perseverancia que demostró Tadeo son un testimonio vivo de que la esperanza de su familia tiene un fundamento sólido.
Para algunos, un 30% de posibilidades puede ser poco. Pero para Tadeo y su familia, representó una oportunidad de mostrar que, cuando se lucha con amor, determinación y el apoyo del entorno, se puede superar cualquier adversidad. Su historia nos recuerda que, incluso en las circunstancias más difíciles, la luz de la esperanza nunca se apaga.